

En el Complejo Cultural Cine Zurro, se vivió una jornada inolvidable cargada de emociones, aprendizaje y compromiso social. El evento, centrado en la inclusión y el crecimiento personal, reunió a personas de distintas edades y trayectorias, unidas por el deseo de construir una sociedad más empática y consciente respecto a la discapacidad.
El momento más destacado fue el Taller de Danzas Integradas, dirigido con gran sensibilidad por Susana González Gonz y coordinado por la Asociación Espiral. La propuesta no fue solo una actividad artística, sino una verdadera caricia al corazón. A través del movimiento, la música y la conexión entre cuerpos diversos, se generó un espacio de respeto mutuo, expresión libre y profunda humanidad.
La jornada permitió encuentros valiosos entre personas comprometidas con el bienestar colectivo, donde el arte actuó como herramienta de transformación. “Una experiencia que nos recordó el poder del arte para incluir, abrazar y transformar”, manifestaron los organizadores al cierre del taller, visiblemente emocionados por la participación y la energía compartida.
Desde el ámbito cultural, se resaltó la importancia de promover estos espacios que visibilizan las capacidades y talentos de todos los individuos, sin importar sus condiciones físicas o cognitivas. Los participantes coincidieron en que esta jornada no solo dejó una huella emotiva, sino también una enseñanza profunda sobre la empatía y la inclusión.
Este tipo de encuentros reafirman la misión del Complejo Cultural Cine Zurro como lugar de encuentro, reflexión y cambio social, donde el arte, más que un espectáculo, se convierte en un vehículo para la igualdad y el reconocimiento del otro.